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domingo, 15 de julio de 2012

PARABOLA SOBRE POLITICA

Tengo un amigo que se ha dedicado a la política. Y no es que este mal. Realmente todos somos politicos en el sentido griego de la palabra, en el sentido de Platón, en el sentido de Aristoteles.
No voy a hablar de ello. Voy a expresar lo que sucede con el asunto por medio de la historia de la Rana... Si la Rana, la prima de Rin Rin Renacuajo.

Erase una vez (porque así empiezan los cuentos) una olla llena de agua... y dentro de ella, una rana. Una rana que nada y chapotea tranquilamente. Y qué feliz era. Nadaba y nadaba.

Pero una mano invisible prendió fuego debajo de la olla.

Al paso del rato el agua comienza a calentarse a fuego lento, muy lento...
Al cabo de un rato, el agua está tibia...  Y que baño tan sabroso se daba la rana. Imaginen un baño en agua tibia. como un Jacuzzi.

La rana sigue nadando muy tranquila, mientras la temperatura va subiendo... La rana siente un poco de calor pero que importa, ¡Qué viva la vida!
Ahora el agua está caliente, un poco más de lo que le gusta a la rana. Pero ella no se inquieta... 
Y además, el calor siempre le produce algo de cansancio... y viene el sueño.

El agua está muy caliente. A la rana empieza a molestarle. Lo malo es que se encuentra adormecida, sin fuerzas, así que se limita a aguantar... ¡A mal tiempo... buena rana!


La temperatura del agua sigue subiendo poco a poco, poco a poco... hasta que la rana acaba hervida y muere sin haber realizado el menor esfuerzo para salir de la olla.


Si hubiéramos sumergido a la rana de golpe en la olla a cincuenta grados de calor, ella habría dado un enérgico salto y se hubiera puesto a salvo. Pero así, lentamente...


A los politicos les pasa lo mismo que a la rana de la parábola. Al inicio todos tienen buenas intenciones. La mayoria inician con ideales, en contra de la corrupción. 

Luego sucede un primer traspiés de poca importancia. Cobrar un poco más y quedarse con la diferencia... Total, ¿quién se dará cuenta que ese dinerito falta?... 
Luego, es una mercancía que no aparece... Una firma falsa... Un poco más... Un cambio de números en el contrato... Un poco más... Aquí todos roban... ¿por qué yo no?...Un poco más... El que no roba es un imbécil... Un poco más de calor... ¡Viva la vida!

El corrupto está ahogado en su misma corrupción. Se siente bien. Se ríe. Se burla de los que no son como él. Tiene la conciencia adormecida. Está anestesiado. Está muerto. 



BIBLIOGRAFÍA : Marty Rubin “The boiled Frog Syndrome”, 1987.

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