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jueves, 12 de julio de 2012

CAMBIAR LA FORMA DE SENTIR A LOS NIÑOS Y NIÑAS

En muchas ocasiones los adultos somos faltos de comprensión y aceptación hacia los niños y niñas.  No vale que tratemos que ellos entiendan cosas que a esa misma edad nunca entendimos. Tenemos edades distintas pero tambien tenemos el mismo valor.

Por ejemplo: Las personas adultas dicen:
- Cuando los mayores hablan, los niños se callan.

Eso no es cierto en todas las ocasiones, una cosa es enseñar a los niños a escuchar a otros, y otra cosa es que los niños deben tener la oportunidad de expresar lo que sienten y no enviarlos a la cocina a lava la losa. Los niños y niñas tienen derecho a dar su opinión. ¿Por qué no? Tienen ideas nuevas, frescas y podemos escuchar. A lo máximo nos sacaran una sonrisa con sus ocurrencias.


Las personas adultas dicen:
- Las cosas son como son.

Y què importa si los niños y las niñas dibujan tres o cuatro soles. Qué importa si un sol es azul y el otro morado. qué importa si la luna tiene forma de rombo y los cabalos vuelan. Dejemos volar la imaginación y dejemos que vuele la imaginación de las pequeñas y los pequeños que sueñan con un mundo mejor. A lo máximo nos sacaran una sonrisa con sus ocurrencias.



Las personas adultas dicen:
- Quedese quieto. Deje de jugar tanto y haga algo productivo. 

Y què importa si los niños y las niñas se la pasan jugando. El primer provecho de los niños y las niñas es jugar, eso es lo más importante que tienen que hacer. Aprende a descansar jugando con tus hijos. A lo máximo nos sacaran una sonrisa con sus ocurrencias.


Las personas adultas dicen:
- No. No se puede. No toque. No haga eso.
 
- Pero, por qué?

- Porque no. Ya dije que no.
Pero por qué. Acaso nos justa la dictadura. En muchas ocasiones más que padres parecemos carceleros. En vez de prohibir, expliquen. En vez de decir no, den razones. ¿No les parece, papá y mamá? Hablar, explicar, comunicar es compartir. A lo máximo nos sacaran una sonrisa con sus ocurrencias.



Las personas adultas dicen:
- Basta de preguntas tontas.

Los niños y las niñas están llenos de curiosidad. Por qué el cielo es azul. Por qué no puedo salir. Ellos buscan conocimiento, somos cientificos por naturaleza, somos filosofos en potencia.  Ninguna pregunta es tonta. Respóndele a tu hija, a tu hijo. Explícales. En vez de molestarte con sus porqués, disfruta su curiosidad intelectual. A lo máximo nos sacaran una sonrisa con sus ocurrencias.

Las personas adultas dicen:
- Más tarde, ahora no puedo. No moleste. Ahora estoy ocupado. Después me cuenta. Vaya a jugar.


Algunas de estas frases decimos a menudo, como si nos molestara tanta inquietud de los niños. Los mandamos a contarle a otro. Les pedimos que nos dejen en paz. Tu trabajo puede esperar. Tu cansancio se recuperará después. Tus hijos no esperan. Los niños, las niñas son una brisa que pasa, en un abrir y cerrar de ojos serán adultos como tu y el mejor tiempo habrá psado. Dejalos que te cuenten. A lo máximo nos sacaran una sonrisa con sus ocurrencias.




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