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viernes, 3 de septiembre de 2010

DÉJATE SORPRENDER POR LA NATURALEZA

 ¿Sabe usted quiénes han sido los mejores ingenieros hidráulicos del planeta? Seguramente está pensando en los romanos, famosos por sus intrépidos puentes y sus descomunales acueductos.
O en los incas, que lograron canalizar el agua a través de las altas montañas. O tal vez en los ingleses, primeros en alcantarillar ciudades.
Antes, mucho antes que los ingenieros humanos, estaban… los castores!

 Castores y castoras. Grandes roedores que viven en los bosques fríos de América del Norte y Europa. Con sus dientes afilados pueden derribar árboles como el más diestro leñador.
 Una pareja de castores ha decidido fundar un hogar. Elegirán un valle por donde corra un arroyo. Estudiarán el terreno hasta encontrar el mejor recodo para construir su embalse de agua. Los castores trabajan en equipo y a gran velocidad. La joven pareja comienza a clavar estacas en el lecho del río. Prueban una y otra vez, ponen y quitan troncos, colocan grandes piedras para dar resistencia a la estructura.
 Con sus anchas colas, como paletas de albañil, van uniendo el entramado con barro y levantando el dique.  Ahora construyen una casita de madera, prácticamente inexpugnable, porque la puerta se alcanza a través de un túnel bajo el agua que sólo ellos conocen.
 En el dique guardan sus reservas de comida, hojas verdes y árboles tiernos almacenados en el lago.  Cuando la nieve cubra la tierra, los castores nadarán bajo la superficie congelada y tendrán alimento fresco durante todo el invierno.
 La ingeniería de estos animales es tan perfecta que sus diques duran décadas y son usados por varias generaciones de castores. Las construcciones llegan a medir hasta mil metros de longitud.

 Al cabo de mucho tiempo, el embalse acabará por llenarse de sedimentos y convertirse en una fértil pradera. Los primeros seres humanos que llegaron a las tierras norteñas de Europa y América quedaron sorprendidos al encontrar esas hermosas campiñas en el corazón de los espesos bosques.  Sin pensarlo dos veces, construyeron allí sus casas, sobre aquellas antiguas lagunas artificiales.  Y así, las decisiones de los castores, muchos siglos atrás, determinaron la ubicación de muchas de nuestras actuales ciudades.
¡Son los mejores ingenieros del planeta!  Déjate sorprender por la Naturaleza. Ella no te pertenece. Tú perteneces a ella.

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