Hace cerca de 11 mil años, la temperatura de la Tierra comenzó a aumentar de
modo natural, ocasionando el derretimiento progresivo de la última gran
glaciación. Gran parte del agua, al pasar del estado sólido al líquido, elevó
el nivel de los mares, separó tierras de los continentes, formó islas,
incentivó la formación de bosques y de otros ambientes. Los científicos dieron
a esta nueva fase el nombre de Holoceno.
15 grandes destrucciones que conoció la Tierra, especialmente la del
Cambriano hace 570 millones de años en la cual desapareció entre el 75 y el 90%
del capital biótico, verificamos que la vida sempre resistió y sobrevivió. Y si
nos concentramos solamente en el ser humano, siempre sobrevivió a las muchas
glaciaciones. Y aún más, tuvo un proceso de encefalización altamente acelerado.
Desde hace 2,2 millones de años aparecieron sucesivamente el homo
habilis, el homo erectus, y en los últimos cien mil años,
el homo sapiens, ya plenamente humano. Sus representantes eran
seres sociales, se mostraban cooperativos y usaban el habla, característica
humana. En
el intervalo de un millón de años, el cerebro de estos tres tipos de homo se
duplicó en volumen. Después de la aparición del homo sapiens, surgido hace 100
mil años, el cerebro no creció más. Ya no era necesario, pues surgió el cerebro
exterior, la inteligencia artificial, que es la capacidad de conocer, de crear
instrumentos y artefactos para transformar el mundo y crear cultura,
característica singular del homo sapiens sapiens.
En
estos últimos 11 mil años de los Homínidos solo quedó el Homo sapiens,
que se volvió soberano en todo en planeta. Con un cerebro bien desarrollado,
fue desafiado por las nuevas condiciones climáticas y domesticó plantas y
animales, inventó la actividad agropecuaria, creó tecnología para pulir la
piedra, inventó la rueda, el telar y la metalurgia. Después, creó ciudades,
imperios, represas, drenajes e irrigación. Varias civilizaciones sobrepasaron
los límites de los ecosistemas en los que se levantaron, generando crisis
ambientales que contribuyeron a su fin.
A
partir del neolítico, hace cerca de diez mil años, surgieron las primeras
ciudades que dieron origen a la cultura elaborada, al estado, a la burocracia y
también a la guerra. Comenzó también una utilización sistemática de la razón
instrumental para dominar la natureza, conquistar y someter a otros. Obviamente
allí también estaban otros tipos de razón como la emocional, la simbólica y la
cordial, pero sometidas a la razón instrumental que, desde entonces hasta
culminar en nuestro tiempo, asumió la hegemonía, razón a la vez creativa y
destructiva.
Entra,
entonces, el concepto de huella ecológica. Se refiere al grado de impacto
ecológico producido por un individuo, una actividad, una economía, una
sociedad. La huella ecológica de la civilizaciones anteriores a la civilización europea tuvo siempre un carácter regional, siendo reversible en ocasiones y
en otras no. Europa fue la civilización que calzó las botas más pesadas
conocidas hasta el momento. El peso comenzó con el capitalismo, que transformó
el mundo.
A
partir del siglo XV, la civilización europea pasó a imprimir
marcas profundas con la expansión marítima. Impuso su cultura a otras áreas del
planeta. El mundo fue occidentalizado y pasó también a pisar fuerte en el
ambiente.
Vino,
entonces, otra gran transformación con la revolución industrial, cuyo origen se
localiza en la Inglaterra del siglo XVIII, y que se extendió por el mundo
dividiéndolo en países industrializados y países exportadores de materias
primas. A partir de ella, empieza a crearse otra realidad planetaria, con
emisiones de gases causantes del calentamiento, devastación de bosques y
selvas, empobrecimiento de la biodiversidad, uso indebido del suelo, fuerte
urbanización, alteraciones profundas en los ciclos de nitrógeno y fósforo,
contaminación del agua dulce, adelgazamiento de la capa de ozono y extracción
excesiva de recursos naturales no renovables, que, a su vez, producen cantidades
inauditas de basura.
Los
científicos están demostrando que dentro del Holoceno (holos = entero + koinos
= nuevo), la acción humana colectiva en el capitalismo y en el socialismo ha
provocado una crisis ambiental sin precedentes en la historia de la Tierra
porque ha sido generada por una sola especie. Han denominado al periodo
pos-revolución industrial del siglo XVIII, Antropoceno, o sea, una fase
geológica construida por la acción colectiva del ser humano (antropos =
hombre + koinos = nuevo).
En
función de esta gran crisis o de esta nueva época la Organización de las
Naciones Unidas viene promoviendo grandes conferencias internacionales, como
las Conferencias de Estocolmo (1972), Río-92 y ahora la de Río+20. El objetivo
es resolver los problemas del Antropoceno, sea conciliando desarrollo económico
y protección del ambiente, sea buscando otras formas de desarrollo. La Río-92
adoptó la fórmula de desarrollo sostenible, que ha ido adquiriendo distintos
sentidos, inclusive antagónicos al original.
La
Conferencia Río+20 pretende colocar en pie de igualdad las dimensiones
ambiental, social y económica. La palabra mágica, ahora, es economía verde,
cuyo contenido no está claro. Se supone que, como mínimo, signifique la
sustitución progresiva de fuentes de energía carbono-intensivas por fuentes
renovables de energía, así como la sustitución de recursos no renovables por
renovables.
La
Río+20 mostró que los países industrializados no quieren abdicar de su
posición; los países emergentes quieren alcanzar a los industrializados, y los
países pobres quieren ser emergentes. Mientras no exista entendimiento acerca
de los límites del planeta, es inútil pensar en justicia social y desarrollo
económico. Por consiguiente, el ambiente es más importante que lo social y lo
económico, ya que sin él no se puede encontrar solución para los otros dos. Por
otro lado, el concepto de ecodesarrollo parece ser el más correcto como táctica
y estrategia.
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